“No morirá”
No morirá la alegría,
no morirá la música
ni la danza.
No morirá la poesía,
no morirá la libertad
ni la esperanza.
No morirá la ternura
que me conmueve
cada día
en el espejo
de las miradas.
Después de incendiarme
sabré renacer
de entre las cenizas.
Levantar un imperio de otro orden
desde las ruinas
Bien lo sabe mi madre:
Incendiaria soy desde que nací.
¡No podrán contener
la grandeza de mis alas!
El cielo no dejará de expandirse
Para aquellas que nacimos para volar.
¿Sabes?
El viento me lleva,
pero yo dirijo mi rumbo.
La marea es incierta,
pero aprendí a navegar…
y a disfrutar la vista.
Y que esta mano que hiere,
es la mano que sana.
Y que esta mano que dice hola,
es la mano que dice adiós.
No dejaré de llorar, ni de reír
porque así soy.
Con mis lágrimas aprendí a regar mi dolor,
la semilla de una sonrisa,
la esperanza de un nuevo amor.
Entre lágrimas,
el horror se dispersa.
Entre risas,
sana el corazón.
No dejaré de bailar
porque cuando bailo
entiendo la vida
entiendo al mundo,
me entiendo a mí.
No morirá la fiesta
que manifiesto con mis pasos.
No morirá la voz
que se inmortaliza con mi canto.
No morirá la palabra
de la libertad.
Aunque la muerte aceche,
no dejaré de celebrar la vida.
¿Y qué si tengo
“esta urgencia
de hacer la revolución
contigo y con ternura”?
¿Y qué si tengo
la paciencia
para hacer justicia?
Mientras tanto aprendí
que mis derechos no se piden por favor.
Y mi libertad
no la negocio
con nadie.
Le temen a la mujer que habla de justicia,
que tome la palabra, su significado y la acción de la justicia.
¿Justicia para quién?
¿Justicia cuándo?
¿Justicia dónde?
¿México justo?
¿Justicia para Karen Salinas Rodríguez,
para Miriam Rodríguez, Diana Velázquez Florencio,
Pamela Guadalupe Gallardo,
para María Teresa Contreras Hernández,
y todas en Ciudad Juárez?
¿Justicia para Paola Buenrostro, Saray Atenea,
Aline Sánchez, Alicia Díaz, Yakki Nájera, Dayanna Cervantes,
Dayanne Scarllet Buenos Salinas,
y todas nuestras hermanas trans que se esfuerzan en no nombrar?
¿Justicia para Maricruz Zaragoza Zamora, para Liliana Carrillo
González,
y cientos de miles compas de naciones indígenas asesinadas
de las que ni si quiera hay un registro preciso?
Porque para el Estado
todas ellas no existen.
Porque la “justicia”
tiene sus prioridades.
Algún día le diré a mi nieta: “querida, los ingenuos son ellos,
en nuestra memoria persisten
cada uno de sus nombres
cada una de sus edades.”
Ya no hay vuelta atrás.
Si mis amiges conmigo,
¿quién contra mí?
Ya nada puede subyugarme,
¿No lo entiendes?
aunque me mates,
no puedes matarme.
Aunque me pretendas indefensa,
me has hecho más fuerte.
Aunque me quieras en silencio,
no puedes callarme.
Me querías dormida-y me abusaste.
Estoy más despierta que nunca.
Y me levanto coronada
entre tanta hermosura.
Y una brisa de victoria me rodea.
¿Aún no lo has entendido?
No soy tu perfecta víctima,
ni tuya, ni del Estado.
Yo lloro, río, bailo, escribo
hablo en voz alta.
Me quitaste la ropa,
la inocencia,
y la ignorancia.
Pero ni mi voz
ni la curva de mi cintura,
ni mi sonrisa
me han quitado
mucho menos
la palabra.
No morirá la vida.
No morirá la alegría.
No morirá la digna rabia,
ni la ternura,
ni la poesía.
No morirá este ritmo
mientras yo viva.
No has muerto tú,
mi vida,
ni la fuerza de este corazón.
Hoy sé dónde hallar mi rebeldía.
No ha muerto la revolución.
Aprendí que mi revolución consiste en dignificar mi tristeza, pero también en honrar mi alegría. Convertir en grito que habla a la ira y la tristeza. Mi rebeldía está en mis letras, en cada diálogo donde trato de hacer florecer la libertad de construir otros mundos posibles, más justos y más bellos en esta barbarie de violencia. Está en las miradas que aprenden a reconocerse.
“Mi cuerpo”
es mi primer territorio de identidad.
Mi origen y destino.
El hogar
de mi cambio y de mi permanencia.
Las ruinas y el renacer
de mi reino.
En mi trono me corono,
sagrado completo,
autónomo e inquieto.
Mi cuerpo,
es la huella de mi historia,
y la historia de mis pueblos.
Mi mapa hacia mí misma,
y hacia un maravilloso reencuentro.
Es mi posibilidad más necesaria
y hermosa de diálogo.
Aprendo a escucharte cada día,
cada día te sano,
y cada día te recupero.
Eres mío, eso lo sé.
Y mío es también el deseo.
No me da miedo quemarte
si te acercas rampante
Hoy valoro mi fuego.
¿Entre las aguas has visto nada dragones,
flores incendiarse,
vientos aprisa, otras veces lento,
recorriendo tu piel, cantándote en el pecho?
Eres tú reconociéndote al espejo.
“Ella”
-especial para Lunáticas <3
Ella
la que mueve ánimos
y empuja mareas.
La poeta de los mares.
El espejo de la Tierra.
Ella,
la que observa, la que escucha
La que vierte luz
sobre mis tinieblas.
Ella,
guardiana de mi desasosiego
compañía de carreteras
la que persigue el coche
¿y me sigue solo a mí…?
Ella,
no es siempre la misma.
A veces sonríe, te lo juro
y el cielo se ríe menguante.
Entonces reímos como locas.
Otras veces llora sobre los techos,
derramando luz de sangre
sobre mi colcha.
Diferentes caras de un mismo rostro,
fases que se dibujan en el cielo nocturno.
Diosa y guardiana de los sueños humanos.
Ella, la luz de la miseria
ilumina una calle olvidada y putrefacta
donde duermen con tranquilidad los vagabundos.
Su consuelo no discrimina.
Ella brilla
aún en la Ciudad de las luces.
Ella
la que baila,
sobre la bóveda celeste.
La que mece
la cuna de mis sueños.
Ella la que enloquece
Ella la que renace
Ella la dueña sí misma.
Un astro de mil significados
materia de millones de años
pero esta noche,
es mi amiga.
Ella
la que no juzga mi tristeza
la que no arde ante mi ira
la que acompaña mi ausencia
la que revela presencia.
La noche que no está sola.
Ella,
testigo de mi aventura
la amiga que permanece
la cura de mi locura.
¿Quién más podría ser ella?
Su palabra lleva por nombre
La Luna.
Ana Camila Fregoso Levín tiene 26 años, es originaria de Cancún, Quintana Roo y creció en la Ciudad de México. Es estudiante de la carrera en Letras Hispánicas por la UAM-Iztapalapa, y simultáneamente se encuentra terminando la licenciatura en Antropología Social por la UNAM. Sus principales intereses literarios y antropológicos giran en torno a la poesía, la violencia de género, y la democratización de la literatura y la escritura con un enfoque transfeminista y descolonial. Ha publicado cuento y poesía en el periódico El cambio de Michoacán, y en la revista cchera Imaginatta, así como ensayos de investigación para Fémine- de las cuales formó parte del equipo editorial. Con el interés de hacer comunidad, tejer redes y crear diálogos horizontales con otras mujeres creadoras y escritoras ha participado en diversos talleres autogestivos enfocados a la didáctica de la literatura feminista. El 8 de marzo de 2022 tuvo la oportunidad de publicar un poema titulado Tres heridas, dos manos, un corazón, junto con más mujeres en una antología que se encuentra en el portal web de periodismo y acción civil Mundo Nuestro. Actualmente cursa el Seminario de Literatura y Feminismos Descoloniales “Mariposas Insumisas”, y forma parte del programa de Clubes de lectura por el Fondo de Cultura Económica.
Los poemas fueron escritos entre 2022 y 2023 cuando sus letras fueron marcadas por el abuso sexual y la justicia patriarcal mexicana, y aunque están llenos de rabia y dolor, también buscan reivindicar la alegría, la esperanza y el significado de la justicia.
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