por Erika Castillo
Allí está sobre la cama. De verlo me dan ganas de… no sé qué. Pero no puedo dejar de mirar.
Quiero tocarlo, pero… ¡No está bien! ¡Eso no lo hace una mujer decente!
Mejor me voy a tomar un café, tal vez me haga un favor y desaparezca por sí solo.
Pero… nadie se dará cuenta. Será mi secreto. No es que se me vaya a notar en la cara, ¿verdad?
¡Ay no! Me voy a ir al infierno por estar pensando éstas cosas, y una eternidad entre llamas no vale la pena por un momento pequeñito.
¡Ya no debo mirar más! Pero, ¡no puedo dejar de hacerlo!
¿Qué se sentirá? ¿Será cierto lo que dicen? ¿Y, si me equivoco? ¡¿Y si me pasa algo?!
No mejor ya me voy a tomar ese café. Aunque… Debo aprovechar, estoy sola y pues…
¡No mejor no! No vaya a serla de malas y entonces sí; hasta pierdo el estatus de decencia.
Pero las chicas me han dicho que es mejor que lo otro, y más seguro.
¡Ay Dios! ¡En qué lio estoy metida!
No, a Dios no hay que meterlo en esto. Él no sabe de estas cosas.
Bueno, si sabe, pero no así. Recuerdo el Salmo del Cantar de los Cantares. Esos si son versos de amor…
Bueno, bueno a lo que estaba ¿Qué hago?
La tentación es mucha, y las ganas también, debo admitir.
Lo malo es que siempre me dijeron que estaba mal, y ahora, no me puedo quitar esa idea dela cabeza. Y no quiero dejar de ser una persona propia, por así decirlo.
¿Cuántas no lo harán y andan por la vida como si nada?
¡Uff! Que difícil. Debería ser más fácil, al cabo, para eso fuimos diseñados ¿Qué no?
Pero, ¡me las va a pagar la Julia cuando la vea! Mira que mandarme eso a mí. ¿Por quién me toma? ¿Acaso me sabrá algo? ¿Qué si se me notará en la cara?
Pero si hasta el dibujo está extraño. ¿Quién habrá inventado algo así? De seguro, alguien que no tenía nada que hacer y sólo andaba pensando en eso.
Está bien, lo voy a ver y ya. Eso no me compromete a nada. Y por ver no se condena una.
Mmm, esta textura es como que diferente y se siente flexible. ¿Habrán usado algún modelo para hacerlo?
Oooh, mira nomás… Y trae instructivo. Sólo voy a ver y luego se lo regresaré a la Julia junto con varias reclamaciones que se merece por regalarme esto.
¡Mira aquí se prende! ¡Uups!
¡Cuánta energía tiene esto!
Bueno…
Vamos a ver que se siente. Al cabo nadie se dará cuenta.
Y si Dios no está muy contento, pues… le echo la culpa a Julia.
¡¡GRACIAS JULIA!!
Erika Castillo (Chihuahua, 1982) Estudió Ingeniería Industial en el Instituto Tecnológico Superior de Nuevo Casas Grandes. Escritora y poeta bilingüe. Ha laborado en empresas binacionales a cargo de áreas de Aseguramiento de calidad, Evaluación de proyectos y Finanzas, también incursionó en el área de Marketing y Diseño de productos.
Madre de familia y lectora ferviente desde su infancia. Ganó el concurso de cuento a nivel estatal organizado por la DGETI en 1997. Ha publicado en varios medios digitales y participado en mesas de diálogo organizadas por Anaquel Literario, comunidad literaria e intercultural. Actualmente colabora con la publicación quincenal Las Aventuras de una mamá lectora.
Su relato ¡AHORA ME TOCA A MI! Se encuentra en la Antología Recolectores de Silencios de la Universidad Autónoma del Estado de México 2021. Participó en la antología de Alas de mariposa con el poema Transformación.
Participó en el Primer encuentro Internacional de Poesía de Xochimilco en Septiembre 2021.
Obtuvo mención especial en el segundo concurso internacional de relatos fantásticos del Diario Tinta Nova con el cuento El Primer Colibrí.
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